Este Acuerdo no solo involucra a las autoridades de salud y educación, sino también a:
- Direcciones y administraciones escolares
- Proveedores (as) de alimentos y bebidas dentro de las instituciones
- Familias, estudiantes y comités escolares
- Universidades y centros de investigación
Juegan un papel clave en la creación de una cultura alimentaria saludable, basada en la promoción de buenos hábitos, acceso a la información y la regulación efectiva de la oferta alimentaria en espacios educativos.